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¿Eres racista o antirracista? Tú decides

¿Eres racista o antirracista? Tú decides

Si la pregunta te ha generado dudas, sigue leyendo. Si has respondido 'antirracista' sigue leyendo. Esperamos que nadie haya respondido racista, pero es posible que haya alguien así. No es tan difícil. Es más, es posible que algunos/as de los que responderíamos 'antirracista', seamos 'racistas'. Sigue leyendo. No somos expertos/as, pero hay gente que sí lo es. Algunas de esas personas investigan, analizan, estudian, reflexionan y concluyen ideas documentadas que nos pueden ayudar a responder esta pregunta. 

Buscar el origen del racismo en la historia de los tiempos es tarea inabarcable, solo al alcance del ámbito de la investigación. Más cerca, el 20 de mayo de 2020, la denuncia de un billete falso de 20 dólares en una tienda de comestibles desencadenó un episodio que pasará a la historia. Desencadenó un movimiento mundial de denuncia contra el racismo #BlackLivesMatter, que ha desvelado los mecanismos conscientes, inconscientes y velados de racismo en todo el mundo. 

BBC news recuerda la secuencia de aquel día: el reporte de un billete falso condujo a 30 minutos fatales. George Floyd había trabajado como guardia de seguridad en en Minneapolis desde hace varios años, llegado desde Houston (Texas), pero había perdido su empleo por la pandemia. Lo conocían como alguien amistoso y agradable, según le dijo a la cadena NBC el dueño de la tienda, Mike Abumayyaleh, que ese día no estaba trabajando. La llamada de otro empleado desencadenó la búsqueda y poco después, dos policías llegaban al lugar. Floyd estaba sentado con otras dos personas en un coche. Un policía saca el arma y le ordena que le muestre las manos, lo saca del coche, lo esposa, le explican que está siendo arrestado por “utilizar moneda falsificada” y tratan de meterlo en el coche patrulla. Comienza un forcejeo, Floyd “se puso tenso, se cayó al suelo y le dijo a los agentes que era claustrofóbico”, según el informe. Un policía coloca su rodilla izquierda entre la cabeza y el cuello del detenido, que advierte que no puede respirar. El policía mantuvo la rodilla sobre Floyd durante 8 minutos y 46 segundos. Había dejado de reaccionar pasados 6 minutos. Lo declararon muerto casi una hora más tarde. 

Se ha subrayado, tras el asesinato de George Floyd, que este no es un caso aislado. Por ejemplo, así lo explica Isabelle Mamadou, especializada en la lucha de la discriminación racial a través de Naciones Unidas, y coordinadora de acciones en Derechos Humanos en España, en el contexto del decenio de la ONU para los afrodescendientes. Mamadou relaciona la muerte de Floyd con la historia de la esclavitud de los Estados Unidos donde existía una ley, en 1701, que declaraba que cualquier africano que se resistiera a la autoridad blanca podía ser golpeado, mutilado o asesinado, si trataba de huir. 

Episodios racistas como el de Floyd, y muchos más sutiles, otros tantos que no están grabados, se suceden a lo largo y ancho del mundo a diario. Hay una extensa nómina de estudios y autores/as que han profundizado en el significado de las palabras relacionadas con el racismo, y han concluido que el término opuesto a 'racista' no es 'no racista' sino ser 'antirracista'. Frente al desconocimiento, una mirada a algunas fuentes. 

La búsqueda de los orígenes del término antirracista nos lleva hasta Angela Davis, filósofa, activista social, profesora del Departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de California. En sus palabras, "en una sociedad racista, no es suficiente ser no racista. Debemos ser antirracistas". La profesora Davis incide en unas instituciones estructuralmente racistas y represivas, prisiones y polícía, que perpetúan un racismo difícil de erradicar si no son reformadas o abolidas. Ejemplo de ello, según afirma, es el 'post-apartheid' racismo arraigado en Sudáfrica, o la estrategia seguida por Israel en Palestina. El desmantelamiento de las estructuras no implica para David el vacío, sino la fundación de mecanismos adecuados para atender situaciones que envuelven, por ejemplo, a personas con enfermedades mentales, en vez de 'seres humanos armados'. Si quieres ahondar en estas ideas, puedes ver la intervención completa de Angela Davis en el evento "Contra el racismo: una lucha constante", hospedado en octubre de 2020 por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. 

Malini Ranganathan, del Centro de Investigación y Políticas Antirracistas de la Universidad Americana, dice que "ser antirracista es una posición activa en la que las personas reconocen su propio privilegio"

Dismantling Racism Works (dRworks), una organización que facilita recursos para activismo social en Estados Unidos, argumenta que el racismo es diferente del prejuicio racial, del odio o de la discriminación. Basa su definición de racismo en la Teoría Crítica de la Raza (CRT), un movimiento iniciado en los años 70 por activistas y académicos comprometidos con el estudio y la transformación de las relaciones tradicionales de la raza con el racismo y el poder. Las creencias básicas de la CRT son: el racismo es algo ordinario, la forma "normal" de actuar de la sociedad, la experiencia "común y cotidiana" de la mayoría de las personas de color en este país. El racismo sirve a los intereses tanto de los blancos en el poder (las élites) materialmente como de los blancos de la clase trabajadora psíquicamente, y por lo tanto ninguno de los dos grupos tiene muchos incentivos para luchar contra él. La raza y las razas son construcciones sociales y políticas, categorías que la sociedad inventa y manipula cuando le conviene. En realidad, nuestras diferencias como seres humanos se ven empequeñecidas por lo que tenemos en común y tienen poco o nada que ver con la personalidad, la inteligencia y la moralidad. Y añade que "la sociedad opta por ignorar esto y asigna características a grupos enteros de personas para promover la idea de raza y la superioridad de la blancura. La élite del poder racializa diferentes grupos en diferentes momentos para lograr su agenda económica, priorizando continua y repetidamente el beneficio sobre las personas".

En definitiva, el racismo tiene tres dimensiones, cultural, institucional e individual, y por tanto, no se basa simplemente en acciones personales basadas en prejuicios raciales. De forma gráfica, un ejemplo de racismo cultural es considerar que las normas válidas son las creencias, valores y normas de las personas blancas, considerar no válidas las demás.

David Edmonds, investigador consultor y asociado principal de investigación en el Oxford Uehiro Centre for Practical Ethics, intentó probar la afirmación de que pocas personas admitimos ser racistas frente a lo que aseguran muchos psicólogos, aunque no nos demos cuenta. Es lo que se llama "prejuicio implícito". Edmonds intentó probarlo a través de la Prueba de Asociación Implícita (IAT, por sus siglas en inglés). Si se quiere medir el racismo implícito, se muestran al sujeto palabras y rostros, positivas y negativas, negros y blancos. Se intenta mostrar cómo categorías y conceptos negativos podrían estar más 'fácilmente unidos' a rostros negros que blancos. 

¿Qué es, entonces, ser antirracista? Ibram X. Kendi, historiador, antirracista, profesor y desde julio de 2020, director del Centro de Investigación Antirracista de la Universidad de Boston, lo expone ampliamente en su libro "Cómo ser antirracista". En esta entrevista organizada por la plataforma 'TED Talks' explica que "alguien no racista es un racista que se niega a aceptarlo, mientras que alguien que está dispuesto a admitir cuándo está siendo racista es alguien dispuesto a reconocer la desigualdad y los problemas raciales que tienen lugar en nuestra sociedad". A través de su trabajo intenta despertar la conciencia de que es racismo dar a entender que ciertos grupos son mejores o peores, que hablamos de conceptos de igualdad sin importar las diferencias culturales o étnicas y que apoyamos políticas que nos llevan a injusticias e inequidades raciales. 

Hay una publicación que puedes descargar aquí, si quieres profundizar en las diferencias entre racismo y antirracismo. María José Aguilar Idáñez es trabajadora social, socióloga, animadora sociocultural, doctora en ciencias políticas y sociología, catedrática de trabajo social y servicios de la Universidad de Castilla-La Mancha. Junto a Daniel Buraschi, licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad de Padua (Italia), investigador del Grupo Interdisciplinar de Estudios sobre Migraciones, Interculturalidad y Ciudadanía (GIEMIC) de la Universidad de Castilla-La Mancha, profundiza en la idea de racismo y antirracismo en el libro del mismo nombre, que ponen a disposición libre en internet, en este enlace "Racismo y Antirracismo: comprender para transformar".  El punto de partida: "no es suficiente denunciar los actos racistas más explícitos o lamentar la indiferencia generalizada frente a la violación de los derechos de las personas migrantes o racializadas. Es necesario renovar las herramientas conceptuales para identificar las nuevas formas de racismo y plantear metodologías y estrategias de acción capaces de combatirlo eficazmente".

Volviendo al comienzo, ¿eres racista? Añadamos la otra mitad de la pregunta, ¿... o antirracista?

 

Con estas acciones, el FAMSI quiere contribuir a la consecución de la Agenda 2030, y en particular, de los objetivos:

    
Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

 
Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos/a.

 
Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países.

 
Objetivo 11: Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

 
Objetivo 16: Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas.
 
 

 

 

 

  

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